Hoy, un déjà vu de emociones oníricas
Despierta del letargo de mi inconsciencia;
Llevándome, a un hálito musical
Que reverdece en la quietud
De mí atrofiado silencio de la Otredad
Y acelerado existir de sensaciones.
Vienen… van…, vienen… van…
Y vienen y vienen…, y van y van…
Cristales de luz irradian el existir,
Y un mutismo me absorbe
Llevándome al colorido del alma,
Y entre notas se dibujan figuras
De antepasados alegres y fugaces
Danzantes en cadenciosa armonía.
Vienen… van…, vienen… van…
Y vienen y vienen…, y van y van…
Un saxo trae figuras…
De bombos y platillos
De palpitares efímeros
Que se esfuman…
En la languidez de la tarde
Cual vida al llegar la muerte.
Vienen… van…, vienen… van…
Y vienen y vienen…, y van y van…
Un piano trae recuerdos
Nostálgicos de abuelos
Y bosques silenciados
Por el filo de las hachas;
Hoguera en el hogar,
al son de una guitarra.
Vienen… van…, vienen… van…
Y vienen y vienen…, y van y van…
Y un par de claves,
Madera de mis selvas
Como el viento se golpean
Y me invitan a contemplar
A mi hermano y en su vibrar
Me invita a estrechar su mano.
Vienen… van…, vienen… van…
Y vienen y vienen…, y van y van…
Y una voz, vibra a mi lado;
Recuerdos de madre
Canticos en arrullo,
Que al caer la noche
Me besa en la frente
Diciéndome hasta mañana.
Vienen… van…, vienen… van…
Y vienen y vienen…, y van y van…
Y pétreos sonidos emanan
Y percutores acordes cósmicos,
Dibujan lento vidas lejanas,
De personas queridas,
Que velan mi silencio…
Y la quietud del alma…
Vienen… van…, vienen… van…
Y vienen y vienen…, y van y van…